«Una transformación de la biología como la que pretende la xenobiología (parte de la biología sintética) no deja de presentar riesgos y ciertos interrogantes éticos, pero a la vez supone una nueva vía para conseguir reducir nuestros problemas medioambientales».
El Papa Francisco, publicó en mayo de 2015, su encíclica Laudato si, en la cual daba su visión sobre el problema de la contaminación medio ambiental que asola nuestro planeta, y cómo afecta no sólo a la naturaleza, sino a nosotros mismos, y en especial a los más desfavorecidos.
El problema de la contaminación, sobreexplotación de recursos, y del calentamiento global del planeta originado por éstos, está siendo estudiado desde diferentes puntos de vista. Uno de ellos es el impulso de la investigación en nuevos métodos que nos ayuden a obtener energías limpias que permitan seguir nuestro desarrollo, obtener mayores recursos para la alimentación y la industria sin agotar al planeta, y métodos de descontaminación y reparación de ecosistemas dañados. En todos estos proyectos, puede tener en el futuro, un gran impacto la xenobiología.
La xenobiología es una joven disciplina dentro de la biología sintética que está a la vanguardia de algunos de los proyectos planteados. La xenobiología tiene el propósito de añadir letras al alfabeto genético natural para poder obtener palabras nuevas, y escribir un libro diferente al que nos narra la naturaleza. En palabras de Floyd E. Romesberg, uno de los principales investigadores de la ampliación del alfabeto genético: “Si usas más letras podrás inventar nuevas palabras, encontrar nuevas formas de usarlas y serás capaz de contar historias más interesantes” (Callaway, 2014).
Una transformación de la biología como la que pretende la xenobiología no deja de presentar riesgos y ciertos interrogantes éticos, pero a la vez supone una nueva vía para conseguir reducir nuestros problemas medioambientales (ver AQUÍ).
Riesgos de la Xenobiología para el medioambiente
Conservación de la biodiversidad
Una cuestión muy importante que aparece ante la posibilidad de generar una biología ortóloga (diferente) a la natural y con unas características diseñadas por nosotros mismos, es decir, con lo que nosotros consideramos ventajas para nuestro beneficio, es la posibilidad de desplazar de su hábitat o de sus funciones a especies naturales.
La conservación de los ecosistemas se basa en un intrincado sistema de relaciones entre las distintas especies que los conforman; generar modificaciones en estas relaciones suelen tener consecuencias devastadoras para los ecosistemas.
Si el avance de la xenobiología finalmente crea seres artificiales con propiedades no vistas en la naturaleza, ¿seremos capaces de prever, ahora o en el futuro, cómo afectará esta introducción en la totalidad del ecosistema?
Hemos de ser conscientes de que las diversas especies contienen genes que pueden ser recursos claves para resolver en el futuro alguna necesidad humana o para regular algún problema ambiental (Francisco, 2015). Por tanto no podemos permitirnos correr el riesgo de perder especies por la introducción de nuevas especies que nos dan un beneficio a corto plazo, pensando que podremos obtener todo lo que necesitamos desde estos nuevos usos de la tecnología.
Además, la conservación de ecosistemas y especies, aunque muchas veces se disfraza de defensa del planeta, está condicionada por el factor económico, es decir porque producen un beneficio para las sociedades más avanzadas. ¿Si estos beneficios son obtenidos por organismos xenobiológicos, más baratos y eficientes, dejarán estas sociedades de invertir para seguir protegiendo a los ecosistemas y especies más vulnerables?
En palabras del Papa Francisco ante el Parlamento Europeo (Francisco, 2014), los hombres somos “custodios, pero no dueños” de la naturaleza y del mundo.
Por tanto como custodios y atendiendo al principio ético de “la protección de los ecosistemas y medioambiente” formulado por E. Sgreccia (Sgreccia, 2009), la obtención de nuevas especies o formas de vida no pueden desviarnos de la protección que debemos realizar sobre las especies naturales y los ecosistemas. No basta pensar en las distintas especies sólo como eventuales «recursos» explotables, olvidando que tienen un valor en sí mismas (Francisco, 2015a).
“Se vuelve indispensable crear un sistema normativo que incluya límites infranqueables y asegure la protección de los ecosistemas, antes que las nuevas formas de poder derivadas del paradigma tecnoeconómico terminen arrasando no sólo con la política sino también con la libertad y la justicia” (Francisco, 2015a).
Como nos indica el Papa Francisco, hemos de estar muy vigilantes para que las leyes protejan el medioambiente y no se de rienda suelta a una carrera tecnológica desbocada y sin medir los daños que puede originarnos a toda la humanidad.
Bioseguridad Ambiental (Biosafety)
Biosafety es, según la OMS, la prevención de la exposición accidental a patógenos y toxinas o su liberación accidental al medio ambiente. (WHO, 2006)
La bioseguridad medioambiental puede verse comprometida por reacciones inesperadas de los organismos generados por la biología sintética con los organismos naturales, creando riesgos tanto para el medioambiente como para el propio ser humano.
Estos riesgos de bioseguridad surgen de las investigaciones, tanto en ingeniería genética como de ciertas disciplinas de la biología sintética. Emplean la manipulación del ADN de distintos organismos, generando otros nuevos, pero con la misma base genética. Por así decirlo mantienen el mismo lenguaje de programación, por tanto pueden darse fenómenos de mutación, entrecruzamiento, o transferencia horizontal de genes entre los organismos artificiales y los naturales, con el consiguiente riesgo que tendría para la naturaleza y el hombre.
La xenobiología, a diferencia de las demás formas de biología sintética utiliza sistemas de codificación de la información diferente a los de las especies naturales. Es decir los XNA y los DNA de los diferentes organismos no son compatibles entre sí. Siguiendo el símil de programación informática antes referido, utilizan lenguajes de programación diferentes. Por tanto el entrecruzamiento de información genética entre los organismos naturales y los xenobiológicos no es posible, a priori.
Gracias a estas propiedades de la xenobiología, la convierten en cortafuegos para proteger a la naturaleza, a los organismos vivos y a la integridad genética del hombre (Schmidt, 2010).Por tanto encaja a la perfección con el principio ético de “protección de los ecosistemas y medioambiente” (Sgreccia, 2009), ya que el hombre debe preservar el medio natural de las interacciones dañinas que pudieran ocasionar los organismos creados con códigos genéticos extendidos. Establecer una biología ortóloga es una forma de control mucho más segura que todas las medidas de control que se puedan tomar en los organismos genéticamente modificados basados en la composición natural.
Justicia, dignidad e intereses
Anteriormente hemos descrito las múltiples ventajas para el planeta que podemos obtener si, gracias a la biología sintética y la xenobiología, disponemos de nuevos biocombustibles, mejoras en la agricultura, productos que ahora extraemos de la naturaleza con el consiguiente deterioro de los ecosistemas, etc.
El Papa Francisco alertaba de la necesidad de alcanzar en la XXI Convención sobre Cambio Climático que se celebró en Paris, en diciembre de 2015, un “acuerdo global y transformador” basado en los principios de solidaridad, justicia, equidad y participación, y orientando a la consecución de tres objetivos, a la vez complejos pero interdependientes: el alivio del impacto del cambio climático, la lucha contra la pobreza y el respeto de la dignidad humana.”(Francisco, 2015)
Por lo tanto, si las investigaciones y los beneficios que se obtengan con los productos de la biología sintética no son gestionados con justicia, es decir, si los países con más avances tecnológicos y riqueza no incorporan al resto de países, aumentará de manera exponencial la desigualdad entre los seres humanos del planeta.
En la actualidad, gran cantidad de personas obtienen su sustento para vivir de la explotación de los recursos naturales, los cuales abastecen a los países más ricos. ETC Group alerta en su informe para la Comisión de Diversidad Biológica (CDB) de la aparición de ciertas sustancias, como por ejemplo la vainilla o el aceite de palma, obtenidas por medio de organismos modificados por biología sintética, que tienen como objetivo sustituir a los productos que se obtienen, a día de hoy, por cultivo, y son el medio de vida de millones de personas en países menos desarrollados. Solo en el caso del aceite de palma, se estima un impacto negativo sobre 25 millones de personas de países como Filipinas, Malasia, e India. (ETC Group, 2013)
En aras del bien del planeta no podemos ver con buenos ojos el aumento de las distancias entre los países con mayor y menor poder tecnológico. La dignidad de las personas, de cada una de ellas, está por encima del bien común.
En este punto, es muy importante remarcar la diferencia existente entre dos conceptos que tienden a confundirse y mezclarse, como son el interés y la dignidad de la persona. En sociedad, cuando se habla del bien común pensamos en los intereses de la población en conjunto, y a menudo podemos violentar los intereses individuales de ciertas personas, como es el caso de la construcción de una carretera. En este caso no hay duda de que el interés por el bien común prima sobre los intereses individuales.
Pero en el caso de las investigaciones biomédicas la diferencia, a menudo, no queda tan clara y se tiende a confundir estos dos conceptos. Se tiende a reducir la dignidad del más débil o a ignorarla en aras del interés del más fuerte. Por ejemplo, ante la posibilidad de utilizar embriones con el fin de curar enfermedades, el interés de los investigadores o de los propios enfermos, que presionan para que se puedan utilizar estos seres humanos como material de investigación, aniquilan la dignidad que poseen los embriones como seres humanos que son.
En el caso de la utilización de la biología sintética ocurre algo similar. Hemos de sopesar si los intereses de los países más desarrollados entran en colisión no sólo con los intereses de los países menos desarrollados sino, principalmente, con la dignidad de las personas que habitan estos lugares.
Las organizaciones internacionales deben tener muy en cuenta las consecuencias directas e indirectas que pueden causar el uso de estas nuevas tecnologías en los países con menor grado de desarrollo tecnológico y más basado en la manufacturación y sobre todo el impacto negativo que tendrá sobre las personas de estas regiones.
En resumen, podemos decir que la biología sintética y la xenobiología pueden ser unas grandes herramientas para la mejora del medioambiente, pero debe haber un equilibrio en el que se conjugue la búsqueda de beneficios para los seres humanos, con el respeto a la naturaleza y sus leyes y al resto de seres que comparten el mundo con él y que, no se debe olvidar, han sido dejados por Dios a su cuidado. Debemos recordar que “somos custodios, pero no dueños” de la Creación (Francisco, 2014).
Bibliografía
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Francisco, P. (2014, November 25). Visita al Parlamento Europeo (Estrasburgo, 25 de noviembre de 2014). Retrieved June 6, 2016, from https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2014/november/documents/papa-francesco_20141125_strasburgo-parlamento-europeo.html
Francisco, P. (2015a). Laudato Si: sobre el cuidado de la casa común. Palabra. Retrieved from http://dspace.sanagustin.edu.pe:8080/jspui/handle/123456789/159
Francisco, P. (2015b, November 26). Viaje apostolico – Kenia: Visita a la Oficina de las Naciones Unidas en Nairobi (26 de noviembre de 2015) | Francisco. Retrieved June 14, 2016, from https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2015/november/documents/papa-francesco_20151126_kenya-unon.html
Schmidt, M. (2010). Xenobiology: A new form of life as the ultimate biosafety tool. Bioessays, 32(4), 322–331. http://doi.org/10.1002/bies.200900147
Sgreccia, E. (2009). Manual de bioética. I: Fundamentos y ética biomédica: 1. (P. C. Barranco, Trans.) (Edición: 1). Madrid: Biblioteca Autores Cristianos.
WHO, W. H. O. (2006). Biorisk management: Laboratory biosecurity guidance. Geneva: World Health Organization. Retrieved from http://apps.who.int/iris/handle/10665/69390
Ignacio Sancho Tos
Observatorio de Bioética
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