«El caso ha sido presentado como un éxito biotecnológico; sin embargo, el procedimiento empleado está sembrado de serias objeciones científicas y éticas, que conviene describir».

La noticia ha sido conocida tras publicarse en un medio divulgativo, la revista “New Scientist”, y no, como suele ocurrir en estos casos, a través de una publicación científica, que ofrezca detalles exhaustivos del procedimiento empleado, de modo que pudiera ser reproducido y comprobado por otros científicos.

Abrahim, que es como se llama el niño, nació hace cinco meses, hijo de una pareja jordana, en la que la madre era portadora de una enfermedad mitocondrial, el síndrome de Leigh, es decir, una anomalía genética que afecta a una reducida porción del ADN de sus células, localizada en sus mitocondrias. Aunque infrecuentes, las enfermedades mitocondriales suelen ser muy graves.

El caso ha sido presentado como un éxito biotecnológico; sin embargo, el procedimiento empleado está sembrado de serias objeciones científicas y éticas, que conviene describir.

Resumidamente, la técnica de reemplazo mitocondrial consiste en obtener ovocitos de dos mujeres, la madre portadora de la enfermedad mitocondrial y una donante sana, para, posteriormente, extraer el núcleo del ovocito de la mujer portadora e introducirlo en el ovocito de una donante sana, que ha sido previamente enucleado. Posteriormente, debe practicarse una fecundación in vitro con el esperma del padre, para obtener un cigoto supuestamente libre del ADN mitocondrial enfermo.

El único país que ha legalizado expresamente la realización de esta técnica es el Reino Unido, a comienzos del pasado año. Pero no ha sido allí donde el Dr John Zhang, responsable del experimento, y su equipo estadounidense, lo ha llevado a cabo, sino en México, donde no existe normativa reguladora de estas prácticas.

No existen datos suficientes sobre seguridad que avalen estos ensayos en humanos, razón por la que están prohibidos en todos los países occidentales, a excepción del Reino Unido. Por tanto, habrá que hacer un seguimiento de la evolución de este niño para poder afirmar si está verdaderamente sano y qué problemas asociados puede presentar en el futuro.

zhang-kXc--620x349@abcEn el caso que nos ocupa, fue necesario obtener cinco embriones para que finalmente solo uno de ellos se desarrollara normalmente. Es curioso que los padres, musulmanes, se habían negado a otras técnicas de reproducción asistida, con selección embrionaria, porque rechazaban la destrucción de embriones, que es lo que finalmente ha terminado sucediendo con la técnica empleada. Esta dificultad ética está presente en todo proceso de fecundación in vitro.

Por último, un problema más acompaña el proceso: Abrahim posee material genético procedente de tres personas, dos mujeres y un varón, lo que se ha denominado periodísticamente “un bebé con dos madres y un padre”, lo cual plantea un dilema legal y ético, sin resolver. Algunos científicos minimizan este extremo, afirmando que la cantidad de ADN presente en las mitocondrias de la donante, es cuantitativamente insignificante con respecto al ADN nuclear (menos del 1% del total). Sin embargo, la importancia cualitativa de la información genética contenida en él, está fuera de toda duda, dada la gravedad de las patologías que provoca su alteración.

Asistimos una vez más, a una carrera cientifista que, con tal de atribuirse un supuesto éxito, se salta las más elementales normas que la recta bioética y la prudencia imponen a los buenos científicos.

*Foto: abc.es