Una de las dificultades del uso clínico de células reprogramadas (iPS) es la baja eficiencia. Ahora se ha dado un paso técnico para aumentarla sustancialmente (Ver AQUÍ artículo en Nature). Utilizándola, investigadores australianos, combinándola con la técnica de edición genética CRISPR-Cas9, han podido generar células normales a partir de celulas de dos pacientes, uno con degeneración de  celulas de la retina  y otro, un niño con inmunodeficiencia severa, lo que abre la puerta a su posible utilización clínica.