Realmente un grupo de investigadores clínicos han propuesto modificar embriones utilizando “terapias que afecten a la línea germinal”. Usando estas técnicas se podrían conseguir cambios  que se podrían trasmitir a sucesivas generaciones.

Con motivo de estos hechos se ha producido una gran debate en gran parte dirigido a promover una prohibición absoluta de tales experiencias, y también a tratar de conseguir nuevas posibilidades terapéuticas para enfermedades eventualmente letales.

Un grupo de expertos en estas áreas investigadoras, encabezado por D. Baltimore y P. Berg, han manifestado recientemente que “en el momento actual, la seguridad y eficacia de estas técnicas deben ser investigadas y comprendidas más profundamente antes de ser utilizadas en ingeniería humana, y especialmente en pruebas clínicas”.

Sin embargo, otro autor manifiesta que una moratoria, al estilo de la que se propuso en Asilomar (California), cuando se iniciaban las experiencias con terapia génica, podría traslucir una aparente sensibilidad hacia algunos pacientes que sufrieran graves enfermedades.

Pero la mayoría de los investigadores piensan que por el momento las terapias que modifiquen la línea germinal no son éticamente aceptables, entre ellos George Q. Daley, investigador de la Universidad de Harvad, que recientemente ha manifestado que la terapia génica  que puede modificar la línea germinal es “una técnica poco segura por lo que no debería ser utilizada en el momento actual y quizás nunca” (Science 348; 1325, 2015).