La biología sintética va dando pasos firmes en su desarrollo. Los primeros resultados los consiguió el equipo de Craig Venter que en junio de 2007 informó del trasplante de ADN del mycoplasma mycoides dentro de una célula de mycoplasma capricolum, creando una bacteria que se comportó como mycoplasma mycoides. En octubre de ese año anunció la síntesis de una versión modificada del único cromosoma del mycoplasma genitalium usando sustancias químicas y eliminando todos los genes innecesarios, en busca del genoma mínimo. Estos juegos de vida sintética continúan con mayor o menor fervor en medio millar de laboratorios de todo el mundo. El año pasado se insertó un cromosoma artificial en el genoma de una levadura y se sintetizó una enzima con material genético artificial (DM,27-VIII-/2-VIII,2015).