Reparar los tejidos lesionados es un objetivo terapéutico prioritario de la medicina actual. La terapia celular regenerativa es uno de los principales instrumentos médicos utilizados para alcanzar este objetivo, principalmente utilizando células madre adultas o células reprogramadas (células iPS). Una de las áreas  clínicas en la que esta terapia parece más prometedora es la de las enfermedades oculares.

La cornea es una estructura transparente que nos permite ver, pero es una estructura fácilmente lesionable  por traumas o infecciones, que pueden conducir a una disminución de la vista o incluso a la ceguera. Una solución para estos problemas son los trasplantes de corneas, pero los mismos  pueden estar limitados por problemas de inmunotoleracia o por la escasez de donantes. Una posibilidad alternativa es la terapia celular.

En relación con ello, Basu et al (Sci Transl Medicine 6,266 ral 172 (2014) utilizan la terapia celular para tratar lesiones corneales, para lo cual  obtienen células madre adultas del limbo ocular (región situada entre la córnea y la esclerótica) que posteriormente derivan a células corneales que se trasplantan a la zona de la córnea lesionada. En teoría se puede presuponer que este tipo de células corneales se podrían producir a partir de células del propio paciente y utilizarse para prevenir la ceguera que puede ocasionar las lesiones corneales. Práctica con importantes beneficios para el paciente y sin ningún problema ético.