La gran mayoría de las discusiones acerca de los riesgos asociados a la biología sintética  tienden  a plantearse en el mismo momento en que se van descubriendo sus posibilidades biomédicas. Esto tiene indudable importancia, en estos revolucionarios tiempos, cuando la capacidad para derivar nuevos agentes biológicos  avanza a una velocidad inimaginable  y que además aún no ha alcanzado su total potencialidad. Como los riesgos aún son  inciertos, la actitud más razonable es la de “una prudente vigilancia” para minimizarlos y evitar, por un lado juicios precipitados y por otro  limitaciones en la investigación,  hasta que se posean datos contrastables sobre el tema (Hastings Center Report. Noviembre diciembre 2014).