La población reclusa en el mundo oscila alrededor de 10 millones. El suicidio es la principal causa de mortalidad en las prisiones, con unos índices que triplican a los de la población general. El riesgo de muerte es mayor en los meses siguientes al ingreso en prisión del recluso. Un dato curioso es que los suicidios se dan más en las prisiones de hombres y las autolesiones en las de mujeres (The Lancet 383; 1109-111,2014).