Nuestro país, y la aldea global en que se ha transformado la sociedad contemporánea, nos presenta, a través de los medios de comunicación, una realidad que va en aumento, el abuso sexual de menores.
La explotación por internet de menores difundiendo fotos obscenas y pornografía infantil viene preocupando a las fuerzas policiales de todos los países. En España se puede apreciar la dimensión de este problema, que incluye a pedófilos que se comunican en redes de internet, y que en muchos casos han sido procesados.
Otra forma de agresión es la realizada desde el deporte y otras actividades, que de forma individual y a través de las drogas y otros medios, parece haberse transformado en una verdadera epidemia. Es frecuente también, encontrar a condenados por este delito que vuelven a delinquir. No podemos citar aquí las numerosas noticias de prensa sobre este tema que vienen a corroborar lo que es una realidad pública y notoria. Bastaría que el lector introdujera palabras claves en su buscador de internet (por ejemplo, “abuso sexual de menores”. Esta aparece 671.000 veces en el buscador de Google.
Sin duda, la explotación sexual de menores tiene una vertiente económica, al centrar su atención en niños desprotegidos, para tratar de captarlos, lo que además representa una grave amenaza social.
Una evaluación social del abuso sexual de menores es difícil, pues la vergüenza, la indefensión del menor y su relación, muchas veces familiar, con el agresor, hacen difícil la detección de muchos de estos casos. Los especialistas en esta materia, estiman que los casos que salen a la luz pública son solo una pequeña parte de esta práctica delictiva.
Señalamos la gravedad de la agresión sexual a niños, por el efecto físico y psicológico que puede marcarlos de por vida, si consideramos que lo que le ocurre en el período de niñez y pubertad tiene un particular efecto destructivo de su personalidad en construcción.
A parte de las pesquisas policiales, que creemos que en nuestro país han sido eficaces, hay medidas que es necesario implementar.
A ello hace referencia un artículo titulado “Responding to Sexual Explotation of Minors” (New Journal Medical 370; 1282-1283,2014), que consideramos valioso. Su conclusión es que “la habilidad de los médicos y profesional sanitario en identificar y responder apropiadamente a las víctimas y a otros niños vulnerables y la capacidad de colaborar con otros profesionales para encontrar soluciones eficientes, es esencial para el desarrollo de una respuesta efectiva a este problema”. Señala también, la importancia primordial de la prevención, afirmando, “La prevención es el fin principal de cualquier acción en este sentido, y el personal médico es una pieza clave para el desarrollo de programas de prevención para jóvenes de alto riesgo.”
Para completar este informe nos parece también de interés referirnos a algunas conclusiones de lo que consideramos uno de los más exhaustivos estudios sobre este delicado tema, titulado,The Commercial Sexual Exploitation of Children In the U. S., Canada and México, realizado por el Instituto de Medicina del Departamento Nacional de Investigación de Estados Unidos. El estudio que se realizó en la población de estos países, a nuestro entender, es aplicable a cualquier país por el carácter internacional de esta epidemia.
Afirma el informe, “Partimos de la base que la explotación sexual infantil en la actualidad está siendo combatida por la ley, las fuerzas policiales y los servicios sociales. Estamos ante una situación muy grave, dado el gran número de niños que son víctimas de explotación sexual cada año, y a largo plazo, las penosas consecuencias de esta explotación, tanto para los niños y la sociedad en general son evidentes.
Enumeramos algunas de las causas que el estudio que estamos comentando señala:
1. Ausencia de claros entendimientos conceptuales de la naturaleza, las causas, la dinámica y la epidemiología de la explotación sexual infantil
2. Ausencia de una clara comprensión de la relación que existe entre el abuso sexual infantil, la agresión sexual infantil y su explotación comercial
3. Subestimación por parte de los servicios sociales a nivel nacional e internacional de la dimensión de la explotación sexual infantil
4. Subestimación por parte de las policías locales y estatales de las dimensiones nacionales de la explotación sexual de niño
5. Subestimación de la trata internacional y de los niños víctimas de explotación sexual y el uso de algunos de estos para mover drogas y dinero a través de las fronteras internacionales y dentro de los EE.UU.
6. Subestimación por parte de las fuerzas del orden de la participación de la delincuencia organizada en la venta y la explotación sexual de niños
7. Grave escasez de expertos nacionales y locales a través de un amplio espectro de disciplinas con conocimientos especializados en la explotación sexual de los niños
8. Grave escasez de personal cualificado forense para recoger y analizar muestras y otras evidencias asociadas a la explotación sexual de los niños
9. Falta de un archivo actualizado sobre esta materia de fácil acceso a los diferentes especialistas involucrados en la tarea de prevenir e identificar los agentes de estos delitos
10. Ausencia de procedimientos claros para la intervención policial y judicial, a tiempo y en forma, en los casos de sospecha o confirmación de un niño víctima de la explotación sexual
11. Formación incompleta por parte de los profesionales de la policía y servicios sociales de los aspectos psicosociales y legales de la explotación sexual infantil y sus remedios
12. Debido a la falta de formación y de conocimiento de las causas y dinámica de la explotación sexual infantil, se comprende la persistencia de actitudes negativas hacia los niños atrapados en la prostitución de menores
13. Carencia de «casas de seguridad», y otros lugares supervisados, para que el niño explotado sexualmente pueda ser acogido
14. Falta de una línea telefónica nacional dedicada especialmente a las necesidades de los niños explotados sexualmente y sus familias
15. Falta de una campaña nacional que informe a los niños, padres, maestros y público en general de la existencia y los peligros de la explotación sexual infantil
Esperamos que este Informe ayude a comprobar la naturaleza de esta epidemia, a la vez que ofrezca elementos para saber cuáles son los medios para combatir con eficacia esta lamentable agresión a aquellos que merecen más protección por ser los más débiles.
Manuel Zunin
Observatorio de Bioética
Deja tu comentario
Debe iniciar sesión para escribir un comentario.