La cara oculta del aborto. La punta de iceberg del aborto son los abortos cruentos y que se cesga la vida de embrión en su primera andadura después de fecundación, se oculta así la eliminación de éste antes de la implantación en el útero materno. El embrión desde su primer impulso vital busca implantarse en el útero de su madre y por diferentes y sofisticadas técnicas abortivas, la madre, frecuentemente, lo rechaza y lo elimina, truncando así su vida de una forma incruenta, silenciosa y oculta. Esta es la mayor violación a los derechos a la vida del no nacido. Esta amenaza afecta a los embriones generados por vía natural, fundamentalmente como consecuencia de la utilización de fármacos (ej. Levonogestrel) o procedimientos técnicos utilizados en el control de la fertilidad humana, que actúan por un mecanismo antiimplantatorio y entre ellos, especialmente el dispositivo intrauterino (ej. DIU)  e igualmente aquellos otros que se usan en la contracepción de emergencia, como es la píldora del día después o la de los cinco días después, pues tanto una como otra aproximadamente en el 50% de los casos, actúan por un mecanismo antiimplantatorio