Reproducción asistida. Inducir a una mujer, en aras de un mayor rendimiento profesional, a renunciar a su legítima opción de vivir su maternidad en la edad más favorable para ello, no parece, precisamente, defender sus derechos y dignidad.

El pasado 15 de Octubre, la cadena NBC News ofreció en primicia una noticia que fue luego recogida por un diario nacional [1], que se hace eco de una iniciativa promovida por las empresas Apple y Facebook dirigida  a “seguir ampliando los beneficios para las mujeres, con una nueva política de bajas maternales, además de la crioconservación y el almacenamiento de óvulos como parte de nuestro apoyo para tratamientos de infertilidad”, tal como expresa literalmente el comunicado. Sigue afirmando al respecto: “Queremos dar poder a las mujeres de Apple para que hagan el mejor trabajo de su vida al mismo tiempo que cuidan de sus seres queridos y crían sus familias”.

La iniciativa, no obstante, no está exenta de polémica, tal como recoge el mismo artículo. Y no sin motivo.

Tras la bondad incuestionable que entrañan medidas como la de baja maternal pagada, cobertura médica en las propias instalaciones, «cheque-bebé» de 4.000 dólares a los empleados de Facebook cuando son padres –también si adoptan–, extensión de la baja maternal a cuatro meses –también para padres y con flexibilidad– y subvención para la guardería en las oficinas, se ofrece otra consistente en sufragar la criopreservación de ovocitos, para la que Facebook cubre hasta 20.000 dólares –el precio habitual de dos rondas de congelación de ovocitos, suficiente para conseguir cerca de veinte de ellos–  y Apple se compromete a secundar la iniciativa a partir de Enero del próximo año.

Hiperestimulación ovárica

La obtención de ovocitos –hasta 20 en dos ciclos de estimulación- obliga a provocar una ovulación múltiple en la mujer, mediante la administración de fármacos como el clomifeno, y no está exenta de riesgos. Presenta efectos secundarios que pueden llegar a ser graves, como trastornos tromboembólicos, algunos tipos de cáncer o, incluso, la muerte [2],[3].

Crioconservación de ovocitos

En un trabajo publicado en 2010 [4] se compara la tasa de embarazos clínicos resultantes de la implantación de embriones obtenidos por fecundación in vitro partiendo de ovocitos crioconservados por dos técnicas diferentes, vitrificación y congelación lenta, obteniendo un porcentaje de éxito del 38% y 13% respectivamente. Las tasas de aborto espontáneo fueron similares.  Estas cifras son similares a las obtenidas en la fecundación in vitro con embriones frescos o crioconservados, y presentan un alto índice de pérdidas embrionarias, que sin duda sigue planteando un problema ético.

Posponer la maternidad: ¿recomendable?

Parece deducirse de la lectura del artículo que nos ocupa, que la medida propuesta pretende algo más que ofrecer una ayuda en casos de infertilidad, como se afirma en el mencionado artículo. El que haya sido ofertada a todas las mujeres de las mencionadas empresas y aireada mediáticamente a través de un importante canal de televisión norteamericano, hace sospechar que tras la medida se esconde un intento de lograr que mujeres empleadas en las empresas decidan, a través de la opción de congelar sus ovocitos para ser utilizados en un futuro, posponer su posible maternidad. Quizá resulten más útiles a la empresa en un determinado intervalo de edad –su juventud-, en el que un embarazo podría suponer una interrupción en su actividad laboral, estratégicamente problemática para los intereses de las mencionadas multinacionales.

Pero animar indiscriminadamente a mujeres jóvenes a posponer su maternidad hasta edades maduras, no parece lo biológicamente más sensato. A partir de los 35 años una mujer ve reducida su probabilidad de embarazo, se incrementa el riesgo de que sus hijos padezcan anomalías genéticas, la probabilidad de aborto es también mayor (más del doble en una mujer de 40 años respecto al de una menor de 30), los problemas de salud durante el embarazo también son más frecuentes, como diabetes, hipertensión arterial o preeclampsia. También el parto de una mujer de más de 35 años puede presentar más complicaciones. Por último, aunque no es nuestro caso, la posibilidad de embarazos múltiples aumenta en los embarazos tardíos, aún sin tratamientos para la infertilidad[5].

La utilización de ovocitos crioconservados que fueron extraídos cuando la mujer era más joven pretende minimizar los riesgos de aborto y anomalías genéticas. Pero no debe olvidarse que el propio proceso de criopreservación unido a la necesaria fecundación in vitro posterior, introduce nuevos riesgos que pueden ser superiores a los de un embarazo fruto de una fecundación natural, aún en edad madura.

Habría que añadir, además, que las objeciones que pueden plantearse no terminan en el propio embarazo, sino que pueden extenderse al ejercicio de la maternidad posterior, para la que la edad joven supone una ventaja objetiva.

¿Fecundación natural o fecundación in vitro?

Optar por la crioconservación de ovocitos conlleva también hacerlo por la fecundación in vitro. Renunciar, por evitar un embarazo, a la fecundación natural cuando esta es posible, para buscarlo en un futuro utilizando un ovocito crioconservado, avoca a la mujer a la fecundación in vitro, que presenta indudablemente, más riesgos y menos probabilidades de embarazo que una fecundación natural en condiciones normales. Ignoramos si las empresas en cuestión también sufragarán el proceso de fecundación in vitro en el futuro, que resulta, además de más inseguro e ineficaz, mucho más caro y, probablemente, a cargo de la empleada.

Y un problema más: los embriones sobrantes que resultan de toda fecundación in vitro, verdadero problema ético sin resolver.

Conclusión

A nuestro juicio, se está planteando en este tema un conflicto de intereses para la mujer sobre aspectos que no son equiparables en cuanto a su jerarquía de valores. El derecho a la promoción laboral no debería equipararse al de la maternidad, ni, como parece ocurrir en este caso, imponerse a él. Inducir a una mujer, en aras de un mayor rendimiento profesional, a renunciar a su legítima opción de vivir su maternidad en la edad más favorable para ello, no parece, precisamente, defender sus derechos y dignidad. Los esfuerzos por la conciliación de la vida laboral y familiar, primando ésta sobre aquella, parece antropológicamente más correcto, más satisfactorio para la mujer y su esposo y mucho más beneficioso para una sociedad que envejece a pasos de gigante por falta de un relevo generacional suficiente.

                                                                                                          

    

                   
                                                                                                        

Justo Aznar y Julio Tudela

Instituto de Ciencias de la Vida

Universidad Católica de Valencia

 

[1]ABC · Sociedad · 16 oct. 2014

[2] Jóźwik M, The mechanism of thromboembolism in the course of ovarian hyperstimulation síndrome. Dev. Period Med. 2012;16(4):269-71

[3]Cluroe AD, Synek BJ. A fatal case of ovarian hyperstimulation syndrome with cerebral infarction. Pathology 1995;27(4):344-646. doi:10.1080/00313029500169273

[4] Smith, GD. et al. Prospective randomized comparison of human oocyte cryopreservation with slow-rate freezing or vitrification. Fertility and Sterility 2010;94(6):2088-95

[5]http://umm.edu/health/medical/spanishpreg/embarazos-de-cuidados-especiales/embarazo-en-edad-avanzada