Diversas asociaciones científicas  norteamericanas tratan de dar carta de normalidad a las alteraciones psiquiátricas  que pueden acompañar al transexualismo, según se comenta en un reciente artículo publicado en The America Journal of Bioethics (14; 48-50, 2014). En efecto, la Asociación Americana de Psiquiatría  (APA) ha suprimido dichas alteraciones, del “Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders” (DSM-5), siguiendo la sugerencia de la “World Professional Association for Transgender Health” (WPATH), que en 2010 urgió a la “despsicopatologización “de los trastornos psicológicos derivados del cambio de sexo.

Así el DSM-5 usa el término de “Gender Disphoria(GD)” para identificar el posible estrés que pueden padecer algunas personas cuya apariencia física no coincide con su identidad sexual. De acuerdo con la APA este cambio terminológico se introdujo para: a) clarificar que los individuos con disforia de género no son enfermos; b) para utilizar un lenguaje acorde, según ellos, con la terminología internacional y c) para utilizar un diagnóstico que pueda facilitar a estas personas el acceso a tratamientos apropiados y a los seguros médicos,  según comenta la APA en un informe de 2013.

Por otro lado, la WEATH ha publicado guías para el adecuado cuidado de los adolescentes, adultos y niños con GD, y  para facilitar una intervención rápida en los niños y adolescentes que lo necesiten.

Las guías de la WAPH han sido avaladas por la Academia American de Pediatría (2013), así como las recomendaciones de terapia hormonal para las personas con GD que lo necesiten.