Defiende la condición de persona de animales y excluye a los más necesitados de consideración y ayuda de su propia especie.
«Un hombre injusto es la abominación para los honestos, pero alguien que es recto es una abominación para el impío. Proverbios 29:27.” Con esta cita bíblica comienza Dan Becker, Presidente de Personhood USA – institución que defiende la inviolabilidad de la vida y la dignidad humana, el artículo titulado: “Mi encuentro con Peter Singer” que comentaremos en este informe.
¿Quién es Peter Singer?, es un personaje reconocido a nivel mundial, por ser un activista a favor del aborto, la eugenesia (no permitiendo el nacimiento de los niños “defectuosos”) y la eutanasia, así como, por ser el ideólogo de una campaña para equiparar los derechos de los animales con los de la persona humana. Su filosofía utilitarista, fundamenta tanto la eliminación de los seres humanos considerados inviables, como la defensa de la condición de persona de ciertos animales.
Su intransigente postura, la sostiene como profesor de Bioética de la Universidad de Princeton, USA, y como asesor del actual Gobierno norteamericano, particularmente en la controvertida reforma del sistema de salud pública, comúnmente, denominada Obamacare.
El profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad de Valencia, Pedro Talavera, define el pensamiento de esta corriente filosófica que lidera Singer así, “identifica el bien con el placer y el mal con el dolor…De ahí que los fundamentos del derecho consisten en la eliminación del dolor físico (el subrayado es del autor). Y por eso, son titulares de derecho todos aquellos que son capaces de sufrir y gozar (sean o no humanos o animales)… niega la distinción entre seres humanos y animales superiores, estableciendo una “comunidad moral” entre estos, que fundamenta la exigencia de “derechos humanos para los animales” (“Filosofía del Derecho”, pág.140, Univesitat de València).
La narración que hace Dan Becker de su reciente asistencia al Simposio de esta poderosa corriente de opinión y su encuentro personal con Singer, su líder, nos aporta un conocimiento directo y vivo de los fundamentos y objetivos de la “cruzada” que pretende imponer una ética única y universal, basada en la negación de la sacralidad de la persona y su consecuente relativización de la vida humana. Recordamos las palabras de Juan Pablo II, en su encíclica Evangelium Vitae, “Estamos ante una acción programada contra la vida humana”.
Becker, en el artículo que comentamos, narra su experiencia diciendo, “Ayer tuve la oportunidad de sentarme durante una pausa para el almuerzo , a solas, con Peter Singer quien declara abiertamente que la cosmovisión cristiana es «abominable «, continúa el autor, dando la acepción que le da el diccionario a este palabra, «lo que causa repugnancia moral” y explica el motivo de su asistencia al Simposio afirmando: «De hecho, he pasado, mi fin de semana, con todo un cuerpo de académicos y líderes mundiales que, abiertamente, declaran que el cristianismo es el obstáculo más difícil de superar para los que defienden los derechos humanos de los animales. Sin embargo, no estaba preparado para escuchar a tantos expositores, en un simposio sobre los derechos de los animales, hablando de los fundamentos teológicos de la cosmovisión cristiana del mundo.”
“Estuve en la Universidad de Yale para el Simposio, Más allá de la persona humana, porque se me pidió que asistiera, para averiguar qué argumentaciones y estrategias presentarían como medio de convencer a nuestra cultura, para que consideren persona a los individuos no humanos, tales como: los elefantes, los delfines, los grandes simios, inteligencias artificiales (el subrayado es nuestro) y los extraterrestres.”
Consultamos la página web de la Universidad de Yale, para confirmar la afirmación de Becker, de la cual, citamos un párrafo, como botón de muestra:
“El Proyecto de Derechos de No Humanos presentará, la investigación realizada para definir los argumentos y medidas a tomar para defender la personalidad jurídica de ciertos animales no humanos.”
Sigue Becker narrando su experiencia, “… fue inevitable que sintiera una repulsión moral cuando presentaron su agenda global. Esta incluía como objetivo principal, «animalizar » la Humanidad, como si de un zoológico, ubicado en un lugar llamado Tierra, se tratara. A partir de sus premisas ateas, que se basan en un cierto evolucionismo fundamentalista, condenaban con frecuencia lo que denominan «especismo «, que sostiene que el ser humano está sobre las demás especies. Acusaban a la cosmovisión cristiana, de esta abominación porque eleva a toda la humanidad a la condición de haber sido «creada a imagen de Dios» y particularmente al hombre, que como especie superior debe dominar a las demás criaturas de la Tierra como administrador y beneficiario de todas ellas… Hubo, también, una discusión sobre el alma y el hecho de que los cristianos se la negasen a los ‘no humanos’.”
Nos parece importante destacar, que los seguidores de esta corriente de pensamiento, liderados por Peter Singer, tienen una actitud, aparentemente abierta y compasiva, sin embargo, pretenden rebajar al hombre a la condición de ser irracional, guiado principalmente por instintos y sensaciones. Para estos – la unicidad, la capacidad creativa, la racionalidad, la posibilidad de trascendencia, el desinterés, la benevolencia y la nobleza, que son cualidades exclusivas del ser humano, no merecen consideración alguna.
Continúa Becker, “Peter Singer pronunció el discurso de la sesión inaugural del Simposio. En ella afirmó, que había una serie de características indispensables, para que cualquier individuo pueda ser considerado persona, ellas incluyen:
- La capacidad cognitiva o fenomenal (es decir, ¿puede experimentar dolor?)
- La intencionalidad de la acción (libre albedrío)
- La capacidad de planificar para el futuro
- Conciencia de sí mismo
- Auto – reconocimiento
- Interés propio”
Comenta el autor del artículo, “Debería ser obvio que esta lista excluye la condición de persona a muchas clases de la vida humana (el subrayado es nuestro) que no cumplen con estos criterios. En el Simposio se alegó, explícitamente, que la personalidad no se puede asignar a aquellos que se encuentran en estado de coma, los que están en un estado vegetativo persistente, los que tienen fases temporales o progresivas de demencia, los pacientes de Alzheimer, algunos con discapacidades mentales o de desarrollo, los pre – nacidos, los niños de nacidos con deficiencia mental, y sí… incluso los niños perfectamente normales con menos de 18 meses (no habrían desarrollado las facultades necesarias para ser persona).”
Nos asombra, la paradoja de esta corriente de pensamiento que comienza por compadecerse de los animales, defendiendo sus derechos y su condición de personas y termina excluyendo drásticamente a los más necesitados de consideración y ayuda de su propia especie.
Sigue Becker relatando su experiencia, “Me acerqué a Peter Singer, después que una multitud de sus admiradores se habían ido con sus libros dedicados. Me di cuenta de que era muy querido y reconocido por todos los académicos, considerado el «padre» del movimiento por los derechos de los animales… Me presenté como el Director Nacional de asociación pro- personalidad cristiana más grande en la nación, Personhood USA. Le pregunté si podíamos conversar porque quería hacerle unas preguntas. Él fue muy amable y accedió. Creo que entendió, que yo no tenía la intención de debatir su posición, más bien quería verificar sus objetivos de primera mano y sugirió que nos reuniésemos al día siguiente, durante la pausa para el almuerzo, en un lugar privado, para poder hablar de nuestras posiciones libremente…”
“El día después, se produjo el encuentro y empecé reiterando la lista de criterios, arriba transcrita, para considerar un ser humano como persona… y le pregunté si era intencional la exclusión de ciertas categorías de la vida humana. Contestó que sí lo era.”
Enseguida le pregunté: «¿No es el reconocimiento legal de la persona no humana el objetivo principal de su movimiento? Singer me respondió afirmativamente y le respondí que, Las ideas tienen consecuencias’, y él respondió: ` Ciertamente es así’.«
“Continué interrogándole, ¿Está de acuerdo de que su definición de persona disminuye y devalúa la vida humana y la dignidad, y podría tener profundas implicaciones en materia de política sanitaria, que podrían conducir al racionamiento y negación de servicio para aquellas clases que ha identificado como no-personas? Su respuesta fue – que esto ya se está dando dado que se necesita una reforma de todos los sistemas de salud y que su definición de persona será una constante ética universal para todos los animales de la tierra.”
Becker continúa su narración y presenta otros diálogos mantenidos con Singer, que confirman el pensamiento de este último y sus pretensiones de imponerlo universalmente como único criterio ético válido.
Ante esta radical cosmovisión del ser humano, hacemos algunas reflexiones finales.
Nos impresiona la drasticidad de este pensamiento y sus objetivos, que nos hace recordar al hoy Papa emérito, Benedicto XVI, “La reducción de toda la realidad a la materia adquiere hoy una totalidad que en el S. XIX habría sido impensable” (Creación y Evolución, Un encuentro con el Papa Benedicto XVI en Castel Gandolfo, pág. 8 – 2007). ¿Acaso se podría llegar más lejos que rebajar al hombre a la categoría de un mero animal.
Trataremos de describimos a continuación la inteligente estrategia seguida por Singer y sus partidarios:
- Conseguir la adhesión de los innumerables movimientos en defensa de los animales maltratados y abandonados, cuyo activismo desborda los medios sociales de comunicación, sobre todo en los países de habla inglesa, proponiéndoles salvaguardar los animales con los mismos derechos reservados para los humanos .
- Movilizar también a todos aquellos que se conmueven con la marginación y pobreza, presentándose como el adalid de los sentimientos de compasión por todos (casi todos, diríamos nosotros) los que sufren.
- Recibir el apoyo entusiasta de los “prochoice”, abortistas, partidarios de la eutanasia y suicidio asistido que se ven justificados en sus fines, con vibrantes fundamentos sentimentales.
Finalmente, afirmamos que los más recientes estudios neurológicos señalan una importante diferencia entre el animal y el ser humano, hoy podemos decir que hay un verdadero abismo que nos separa de la existencia animal, el don de índole espiritual que nos ha sido dado, la inteligencia y la voluntad, elevan la naturaleza humana sobre todas las especies y nos confieren una dignidad inalienable.
Manuel Zunín
OBSERVATORIO DE BIOÉTICA
Quien en Peter Singer