El 13 de Junio pasado la Corte Suprema de Estados Unidos, el análogo al Tribunal Supremo de España, falló unánimemente que los genes humanos no se pueden patentar, ni en su estado natural, ni aislados en el laboratorio mediante procesos de ingeniería genética.
El recurso fue planteado por la “Association for Molecular Pathology” ante el Tribunal Supremo, motivada por las prácticas de “Myriad Genetics”, empresa biomédica radicada en Estados Unidos y con sucursales en todo el mundo, que pretendía tener derecho exclusivo de explotación comercial de la técnica, por ellos puesta a punto, para detectar los genes BRCA1 y BRCA2, que sirven para identificar el posible riesgo de desarrollar cáncer de mama y ovario.
“El ADN es un producto de la naturaleza y no puede ser objeto de patente simplemente porque haya sido aislado” (1), manifestó el Alto Tribunal estadounidense. Desde 1982 se permitía patentar el descubrimiento de genes humanos, siendo el caso de Myriad la primera vez que la Corte Suprema rechaza esa práctica, lo que alegró a la comunidad científica que viene alegando que los genes son patrimonio de la Naturaleza. Esta resolución bioéticamente hablando, es un gran logro.
La decisión de la Corte Suprema norteamericana se funda en la doctrina legal de patentes, y particularmente en el concepto “patentable subject matter” (1), que se refiere a las cosas que pueden ser patentadas, que los legisladores americanos sintetizan como, “cualquier cosa bajo el sol que sea fabricada por el hombre”. Pero no incluye los “productos de la naturaleza” (2). Los miembros del Tribunal Supremo entendieron que el ADN genómico, es más bien “un producto de la naturaleza que un producto del ingenio humano” (1) y no posee “una diferencia sustancial con lo que se encuentra en la naturaleza” (1). El Tribunal Supremo americano, a su vez, fue cuidadoso en no olvidar el trabajo de Myriad al secuenciar los genes BRCA, pero dictaminó que “separar genes de un material genético no es un acto de invención” (1).
Sin embargo, la sentencia reconoce el derecho de Myriad a patentar productos artificiales derivados del gen, el llamado ADN sintético.
No fueron pequeñas las repercusiones en el ámbito económico que propició esta decisión, siendo una consecuencia de ello que las acciones de Myriad, bajaran un 6%.
Pero quizás uno de los mayores efectos es la importante reducción de los precios de la prueba que sirve para detectar los genes BRCA1 y BRCA2, al perder Myriad la exclusividad.
(1) Association for Molecular Pathology vs. Myriad Genetics Inc. 12-398 US [2013]
(2) Diamond and Chakrabaty, 447 US 303 (1980)
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