Cuando se aprueba el matrimonio gay en algún país, las fotos de los novios/novias besándose ocupan las portadas, y uno puede sacar la impresión de que los que hasta ese momento no podían casarse harán cola para pasar por el Registro. Pero parece que no es así, ni tan siquiera en Holanda, que en 2001 fue el país pionero en este asunto. Un balance de la primera década (2001-2010) de vigencia del matrimonio gay, hecha por William C. Duncan, indica que se celebraron 14.813 bodas de este tipo. Según las estimaciones del censo, son homosexuales el 2,8% de los holandeses y el 1,4% de las holandesas, lo que para la población total el país en 2010, supondría que la población de gays y lesbianas sería aproximadamente 350.000. Si se entiende que todas las parejas del mismo sexo que se han casado en Holanda son residentes, el porcentaje de los homosexuales que han optado por el matrimonio se queda en poco más del 8%. En comparación, el 80% de las parejas heterosexuales están casadas. Esta falta de apetencia nupcial entre las parejas homosexuales no es exclusiva de Holanda. En España, cuando se aprobó el matrimonio gay en julio de 2005, se decía que había cien mil parejas a la espera. Pero en ocho años, apenas se ha llegado a 25.000 bodas unisex. Después del máximo de 4.000 en el primer año de aprobación de la ley, la proporción se ha mantenido entorno al 2% del total de matrimonios. Según los datos correspondientes a 2012 que acaban de publicarse, del total de matrimonios registrados, un 2,3% correspondieron a parejas del mismo sexo (3.834). También se ha observado en años anteriores que en el 30% de los casos uno de los contrayentes es extranjero, lo que facilita obtener el permiso de residencia y aun la ciudadanía española.
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