Durante años, la compañía Geron había afirmado estar a la vanguardia de las empresas de California dedicadas a la investigación con células madre. Así que fue una sorpresa cuando anunció el 14 de noviembre que tiraba la toalla. Sus acciones cayeron un 20 por ciento al día siguiente, pero eso no fue nada comparado con cómo debieron decaer los ánimos en la agencia de California de Células Madre -el Instituto de Medicina Regenerativa (CIRM)-, que unos meses antes había concedido a Geron un préstamo de 25 millones de dólares para financiar el primer ensayo humano con células madre para lesiones medulares.
Desde este anuncio, la agencia se ha dedicado a tranquilizar a los que confiaban en Geron: tales problemas técnicos ocurren cuando se está en la vanguardia de la ciencia. Jonathan Thomas, presidente del CIRM, dice que «nos mantenemos firmes en nuestro compromiso científico». La aprobación del préstamo en mayo pasado había estado precedida por lo que la agencia califica de «robusta» revisión del proyecto. Pero Geron ya había interrumpido un ensayo clínico que solamente había incluido cuatro pacientes.
Así que estamos hablando de meses de esfuerzo desperdiciado por los investigadores de CIRM y Geron, de decepción para los pacientes y, posiblemente, de un importante revés para el campo de las células madre embrionarias. Thomas señala que Geron tomó su decisión por motivos financieros, no a causa de retrocesos científicos. Sin embargo, para una empresa de I+D las consideraciones financieras siempre incluyen juicios científicos, y Geron debió de concluir que las perspectivas de beneficios de las terapias con células madre se alejaban.
El fiasco de Geron pone de relieve viejas y nuevas cuestiones acerca del futuro del CIRM, que se prepara para pedir a los votantes de California más millones de dólares para complementar su original emisión de 3.000 millones de bonos autorizados por los votantes en 2004.
Al CIRM le gusta compararse con una agencia biomédica federal, pero es diferente a los NIH, por ejemplo. Las responsabilidades de los NIH son lo suficientemente amplias como para que hagan juicios desinteresados sobre los programas y enfoques científicos. El CIRM, sin embargo, fue diseñado desde el principio para centrarse en el estrecho campo de la investigación con células madre.
Hay evidencias de que el CIRM, ansioso de mostrar sus progresos, restó importancia a preguntas legítimas sobre la situación de Geron y el diseño de sus ensayos. Tal ansiedad surgió de la campaña de la Proposición 71, que inundó a los votantes de California con promesas exageradas de curas para enfermedades como Alzheimer, Parkinson, diabetes y parálisis medular.
El año pasado Geron obtuvo la aprobación de la FDA estadounidense para empezar a inyectar a lesionados medulares células embrionarias. Algunos investigadores cuestionaron el diseño de su ensayo clínico, e incluso si la lesión medular era el mejor campo para las primeras pruebas de terapias con células madre embrionarias en humanos.
CIRM no dio a conocer de antemano que Geron era el solicitante del préstamo, ni que su propio panel de revisión científica había otorgado una calificación científica de tan sólo 66 sobre l00 al ensayo de Geron.
Habría que preguntarse si Geron era el socio adecuado para CIRM. La empresa nunca ha registrado beneficios desde su fundación en 1990. Eso no es inusual entre este tipo de empresas, pero Geron también ha tenido agitación interna. Su director desde hace mucho, Thomas Okarma, entusiasta de la investigación con células madre, dejó el cargo en febrero. El nuevo consejero delegado, John Scariett, no llegó hasta finales de septiembre; seis semanas después desenchufó los programas de Geron con células madre y redirigió la investigación al cáncer. (Los Angeles Times, 7-XII-2011. Traducido por DM y publicado el 20-XII-2011).
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