
Practicar la esterilización, mediante histerectomía, se asocia con un número mayor de complicaciones ginecológicas
Una práctica para evitar embarazos de forma permanente es la esterilización de la mujer. Para conseguirla se utilizan principalmente dos técnicas, la laparoscopia y la histeroscopia. En la laparoscopia se practica un pequeño orificio abdominal por el que se llega a los órganos internos de la mujer, por el contrario, en la histeroscopia se observan directamente dichos órganos introduciendo un instrumento en el interior el útero y la matriz, a través del cuello uterino, para desde allí practicar la ligadura de trompas. En un reciente artículo se evalúa cuál de esas dos técnicas tiene menores efectos médicos secundarios negativos. Se concluye, que la esterilización utilizando la histerectomía se asocia con un número mayor de complicaciones ginecológicas, tanto al año de realizarla, como a los tres años, que cuando se utiliza la técnica laparoscópica. Adicionalmente a estos comentarios médicos conviene recordar las dificultades bioéticas que la esterilización de la mujer plantea.